Cuando parecía que el cuerpo de Tiger Woods ya no podía resistir más, el 10 de octubre de 2025 dio otro volantazo: se sometió a su séptima cirugía de espalda, esta vez para reemplazar un disco lumbar (L4-L5) que presentaba signos de colapso, fragmentos dispersos y un canal espinal comprometido.
La operación se realizó en Nueva York, bajo la dirección del Dr. Sheeraz Qureshi y su equipo en el Hospital for Special Surgery.
En sus redes sociales, Woods admitió que sentía dolor y pérdida de movilidad en la espalda, y reveló que luego de los estudios médicos decidió: “me hice reemplazar el disco ayer, y ya sé que tomé una buena decisión por mi salud y mi espalda”.
Un historial que pesa
No es un episodio aislado. En lo que va del año ya había sido operado por una rotura del tendón de Aquiles, intervención que también lo mantuvo alejado de las canchas.
En cuanto al tema de las espaldas, tiene años de lucha silenciosa: su primera cirugía lumbar fue en 2014, luego pasó por una fusión vertebral en 2017, y varias microdiscectomías desde entonces.
Esa montaña de operaciones ya había mermado su presencia en los torneos: desde el trágico accidente automovilístico de 2021 que dañó seriamente su pierna, apenas disputó 15 torneos en cuatro años, en muchos de ellos haciendo uso de carrito.
¿Cuánto tiempo le demandará recuperarse?
Este tipo de cirugía —un reemplazo de disco lumbar— es más agresiva que muchas de sus intervenciones anteriores, pero no tan extrema como la fusión vertebral que lo dejó meses fuera en 2017.
Según expertos como Bob Harig, podría llevar unos tres meses de recuperación básica, con actividades más livianas, para luego ir retomando gradualmente la exigencia física.
Ahora bien: volver a competir al más alto nivel, con swings potentes, golpes cortos delicados y presión mental, es otro desafío. Harig mismo advierte que no basta con sanar; hay que reconstruir ritmo, confianza y consistencia.
¿Qué significa para su futuro?
La pregunta inevitable es: ¿quién es Tiger Woods hoy? Con 49 años y a semanas de cumplir 50, este nuevo golpe físico agiganta la duda sobre cuánto tiempo más resistirá en el circuito competitivo.
Al mismo tiempo, hay otras posibilidades:
La liga TGL, que él cofundó, podría seguir siendo su foco, aunque esta cirugía pone en suspenso su participación inmediata allí.
Cuando cumpla 50, tendrá acceso al PGA Tour Champions, el circuito de mayores de 50. Si su cuerpo lo permite, sería un regreso más moderado, menos exigente en volumen, pero con mucho peso mediático.Pero todo dependerá de cómo lo acompañe la recuperación. Porque un cuerpo que ya arrastra tanto daño no da tregua: no basta con curar —hay que reconstruir—