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Las amistades de golf son más profundas y duraderas

Me parece que hay algo diferente acerca de las amistades que hacemos a través del golf, una nueva dimensión, un vínculo más profundo.

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Como la mayoría de la gente, tengo amigos que cubren una amplia franja del espectro humano. Amigos escritores, amigos vecinos, amigos de la infancia, amigos de los amigos. Algunos están más cerca de mí que otros, como es natural, pero he notado últimamente que los más cercanos son los amigos que juegan al golf. Y me pregunto: ¿Qué pasa con el golf para que reproduzca de esa manera tan fuerte el sentimiento de compañerismo?

No es una pregunta fácil de responder, porque mis amigos del golf son muy diferentes los unos de los otros. Hay un ex-sacerdote, un coronel retirado del Ejército, profesores de gimnasia, profesores de matemáticas, un director deportivo, un controlador de vuelo, un fotógrafo, un psicoterapeuta, un novelista, un ingeniero, un investigador privado, un par de médicos, profesionales de seguros y de finanzas. En definitiva hombres y mujeres que forman un museo de la variedad humana con el golf como único punto en común.

Mucho se ha dicho acerca de la forma en que el juego puede hacernos humildes, y sin duda eso es parte de la fibra de una amistad de golf. En el momento de poner un pie en el tee del hoyo 1 nadie escapa a la posibilidad de hacer el ridículo. Como le ocurrió a Phil Mickelson en Winged Foot o Hunter Mahan en la Copa Ryder, hay una abundancia de pruebas que evidencian que incluso los jugadores con mayor grado de habilidad tampoco escapan al síndrome de "¡Qué estúpido soy !".

Entonces, ¿Qué tiene que ver un cuádruple 'bogey' con la amistad?

Tan sólo se tarda unos tres hoyos en conseguir una buena perspectiva de los otros jugadores que te acompañan en una vuelta, y si jugamos con una persona 30 veces al año desde hace décadas, es probable que podamos esbozar un mapa de su ADN. Cuando un compañero de partido tiene un mal día o pega un mal golpe, todos nos sentimos identificados, todos sabemos lo que se siente. Todos tenemos esos días, todos pegamos esos golpes.
Pero la respuesta a la pregunta de la amistad del golf va más allá de la humildad y autenticidad. Leí en alguna parte - una novela rusa creo, que las personas que más queremos son aquellas que más sufren. No vamos a exagerar las penurias del golf. Una ronda mala no se puede comparar con las penurias de la vida, por lo que "el sufrimiento" en golf puede ser una palabra demasiado fuerte. Pero al mismo tiempo, en casi todas las vueltas de golf sufrimos momentos de fracaso, decepción, incluso angustia. Sobre cómo nos enfrentamos a las dificultades dice mucho de la criatura que llevamos debajo de la máscara de la personalidad. Esa confianza o desconfianza que se puede generar jugando, no se queda en el campo de golf.

Tal vez la respuesta tiene algo que ver con el hecho de que el golf no es una actividad virtual. Jugamos al aire libre, lejos de textos, correos electrónicos y tweets. Estamos, en términos del filósofo Martin Buber, "realmente presentes" para el resto de amigos y jugadores, luchando con nosotros mismos a la vista de todos, donde se nos puede oler la sudoración cuando hacemos el ridículo, pero tratando de encontrar un estímulo que nos permita competir, intentando luchar con los grandes obstáculos, para hacer algo bien.

Es increíble, pero poner una pequeña bola blanca en movimiento a través de unos pocos kilómetros de césped, nos muestra exactamente a todos como humanos : imperfectos, llenos de esperanza, dispuestos a empujar con fuerza contra los límites de nuestra capacidad , dispuestos a reír, maldecir, llorar, y a pesar de todas las dificultades, seguir luchando... Todos los ingredientes de la verdadera amistad.

Por ROLAND MERULLO
Extracto de la publicación GolfDigest
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